Teorías, métodos, eruditos, opinólogos y criticólogos hay suficientes, tal vez de sobra respecto al tema de los medios de comunicación y su impacto en la sociedad. Así que probablemente lo que acá diré ya alguien más lo habrá expresado de diversas formas. Mi posterior reflexión tiene que ver con la pregunta que hace algunos días me hiciera un estudiante comunicación social a través de las redes, un cuestionamiento simple, pero tan banalizado por las mismas escuelas de comunicación que asusta lo que la mayoría de estos centros de adoctrinamiento pretenden seguir de-formando.
El joven me preguntaba; “¿Tienen los medios comunicación en
Venezuela responsabilidad de la violencia y criminalidad en el país?”, era para
un trabajo en una sus clases. Lo que me preocupó no fue la ingenuidad del
muchacho, sino la razón por la cual su profesor o profesora se atrevía a hacer
semejante pregunta con tan evidente respuesta.
La cuestión, el debate dentro de las escuelas de
comunicación social debería comenzar por discutir, de una vez por todas ¿por qué los medios de comunicación
tienen responsabilidad en este flagelo? y ¿qué se debe hacer, desde los
procesos de formación de quienes en un futuro no muy lejano tendrán la
responsabilidad de dirigir mensajes a través de los medios, para involucrarse
proactivamente en esta problemática?
Digo que es obvio que los medios de comunicación tienen
responsabilidad en este asunto y me sorprende que en una escuela de
comunicación social lo pregunten, porque desde siempre estas empresas han
estado bajo el dominio de pequeños grupos de poder económico. Sus mensajes,
evidentemente han estado orientados a satisfacer y beneficiar dichos intereses.
Poco les ha importado a estos grupos trasmitir mensajes que liberen las
conciencias de quienes ellos por décadas han oprimido y pretenden seguir
oprimiendo. En este sentido, el predominio del consumo, (desde todo punto:
sexo, drogas, alcohol), la creación de necesidades (que NO son necesarias), de
antivalores como la competencia, la envidia, la violencia, son los mensajes que
potencian estos medios.
Ante tal situación, sí, ineludiblemente sí tienen
responsabilidad de la violencia en Venezuela. Por su puesto que el Estado
también tiene su cuota de responsabilidad, pues ha debido presentar propuestas,
no de ahora, sino de siempre para proteger y orientar al pueblo frente a este
tipo problemas. Pero recordemos que en la IV República, los intereses del gobierno
eran los mismos de estos pequeños grupos de poder.
Sin embargo, en el gobierno bolivariano se han hecho grandes
esfuerzos, uno de ellos fue la democratización del espectro radio eléctrico,
creando radios y televisoras alternativas y comunitarias. Y la tarea no es
fácil, pues fueron 40 años deformando nuestra sociedad, alimentándola con
contraculturas, borrándole su identidad, invisibilizando sus luchas, sus
necesidades, logros, un daño tan grave que en 15 años no se ha podido revertir,
al menos no con valores humanistas y de justicia social, paso a paso,
reivindicando incluso a quienes a pesar de ser victimarios son también víctimas
de un sistema que, vaya, cuesta reconstruir.
Otro ejemplo, del cual se han burlado con lamentable
insensatez ha sido el sistema nacional de orquestas, que ha podido salvar a una
generación de jóvenes del ocio y de los vicios. Son esfuerzos que no se verán
de manera inmediata, pero si a largo plazo para cultivar al hombre y a la mujer
nuevos. Todos hemos sido víctimas de la criminalidad, hemos estado cerca al
menos en algún momento, pero también hemos sido victimarios por creer que sólo
es responsabilidad del gobierno, cómplices de unos medios de comunicación que
cuestionan todo, pero que no suman a esta gran cuenta llamada Venezuela.
Y claro, que frente a situaciones tan lamentables como el
caso de Spear y de cientos de venezolanos más, tenemos que poner mayor ímpetu
en consolidar estos esfuerzos. Es una tarea que no solo debe asumir el Estado,
sino todas y todos desde cada una de nuestras trincheras y espacios.
Y ya para concluir, me voy a dirigir a usted, profesor y
profesora de comunicación social. Deje de preguntar si los medios tienen culpa
y comience a crear en su aula de clase alguna fórmula para que sus estudiantes
no cometan en un futuro el mismo error que usted, no se sume a las restas, haga
que su aporte trascienda.
María Alejandra Aguirre P.
María Alejandra Aguirre P.