Hace un tiempo, recuerdo haber asistido a un encuentro de formación
política, en un determinado lugar, con un específico grupo de
periodistas, comunicadores y presentadores de televisión. Colegas y
camaradas se suponía que éramos todas y todos. El objetivo de aquel
encuentro era fortalecer el criterio político para no caer en los
clichés, en las frases pre-elaboradas y así dejar a un lado el tan
despreciable "periodismo panfletario", que en vez de ayudar y sumar,
resta credibilidad y empatía no solo con los NO convencidos, sino
también con los MUY convencidos quienes divorciados de las armas
melladas, muy poco respeto ya le tienen (o nos tienen) a algunos
colegas.
El caso es que verdaderamente, me sorprendí con algunos testimonios, yo
apenas tenía unos meses en esto de la televisión y no conocía a fondo
las dimensiones que tenía el "cara de vidrio" en la metamorfosis
kafkiana de los humanos. Sin exagerar, y aunque suene contradictorio,
escuche versiones aburguesadas y "wannabe" de militancia. Admito que mi
formación política ha sido prácticamente nula, y aunque he estudiado
con esmero algunos autores, ni me comparo con quienes desde la infancia
han sido criados con esa conciencia. Sin embargo, escuchar a estos
colegas era vergonzoso, distaban mucho de los valores que deberíamos
representar quienes tenemos la infinita responsabilidad de proyectar,
entre otras cosas, el mensaje de la revolución. En fin, no entraré en
detalles para no herir aún más susceptibilidades.
La cosa es que con este tema de la crítica y la autocrítica, he
analizado algo que pudiera definirse en una metáfora: manada de buitres
moribundos devorandose entre sí. Esos mismos que escuche aquella vez con
semejantes expresiones e ideas - insisto- aburguesadas, los leo y los
veo ahora en algunos espacios con tamaña voz de mando para agredir con
intrigas -entre otras cosas- en nombre de algo tan sensato, hermoso y
humano como es la revisión a la que llamó nuestro líder Hugo Chavez.
Señalan a mansalva a otros que bastante han aportado a pesar de ser
HUMANOS, y vaya que eso ya es mucho.
Señoras, señores, colegas, camaradas, compañeros, compañeras, vean como
esos tres dedos que cierran para apuntar con el índice a los demás,
apuntan a ustedes también. El sectarismo ese adolescente, típico de las
películas sobre colegiales estadounidenses, que manifiestan a través de
diferentes espacios da muestra de una profunda falta de formación (pero
humana), eso por no mencionar otras cosas que hasta pena ajena dan. Se
supone que estamos respondiendo a los intereses que salvarán al mundo, y
no es juego, es incluso uno de los objetivos del Plan de la Patria
2013-2019, y con esos EGOismos, difícilmente podremos (podrán) poner al
menos UN granito de arena.
¿Cuál es mi propuesta? Pues debatamos, no sobre diferencias personales, o
sobre quién hizo-hace qué con quien. Debatamos sobre nuestras
coberturas, nuestras investigaciones, recordemos que SOMOS la
voz de un pueblo, que podemos visibilizar a esos colectivos que tantos años
de lucha tienen por sus causas y que se indignan con estos juegos del
mal, frígidos y estériles. Otra propuesta les doy; Seamos intermediarios entre esa fiera llamada
"burocracia" y los intereses de nuestros hermanos y hermanas. Respetemos este
oficio y reivindiquemoslo. Sí lo logramos, nuestro compromiso en estos tiempos
transcenderá en la historia.
Digo esto, porque ¡Bravo! ganamos la pasada contienda, pero eso nos hace aún
más vulnerables y la pelea no puede ser entre nosotros porque nuestro
verdadero enemigo es un OGRO que SI come niños y desaparece pueblos
enteros: el IMPERIO. Compas, tomen esto en serio, porque de nada les
servirá el patrocinio en sus programas radiales o las tarimas que les
dan si aquí ocurre lo que por más de una década estamos evitando y
resistiendo.
Desnudo estas ideas, acribillenme si quieren, pero ya que nos invitan a
ser autocríticos, no puedo dejar de referirme a este mundo de divas,
divos y otros demonios... Yo, con la mano en el corazón, les juró, he
puesto mi alma en remojo.