jueves, 23 de enero de 2014

Una especial reflexión para profesores de comunicación social


Teorías, métodos, eruditos, opinólogos y criticólogos hay suficientes, tal vez de sobra respecto al tema de los medios de comunicación y su impacto en la sociedad. Así que probablemente lo que acá diré ya alguien más lo habrá expresado de diversas formas. Mi posterior reflexión tiene que ver con la pregunta que hace algunos días me hiciera un estudiante comunicación social a través de las redes, un cuestionamiento simple, pero tan banalizado por las mismas escuelas de comunicación que asusta lo que la mayoría de estos centros de adoctrinamiento pretenden seguir de-formando.

El joven me preguntaba; “¿Tienen los medios comunicación en Venezuela responsabilidad de la violencia y criminalidad en el país?”, era para un trabajo en una sus clases. Lo que me preocupó no fue la ingenuidad del muchacho, sino la razón por la cual su profesor o profesora se atrevía a hacer semejante pregunta con tan evidente respuesta.

La cuestión, el debate dentro de las escuelas de comunicación social debería comenzar por discutir, de una vez  por todas ¿por qué los medios de comunicación tienen responsabilidad en este flagelo? y ¿qué se debe hacer, desde los procesos de formación de quienes en un futuro no muy lejano tendrán la responsabilidad de dirigir mensajes a través de los medios, para involucrarse proactivamente en esta problemática?

Digo que es obvio que los medios de comunicación tienen responsabilidad en este asunto y me sorprende que en una escuela de comunicación social lo pregunten, porque desde siempre estas empresas han estado bajo el dominio de pequeños grupos de poder económico. Sus mensajes, evidentemente han estado orientados a satisfacer y beneficiar dichos intereses. Poco les ha importado a estos grupos trasmitir mensajes que liberen las conciencias de quienes ellos por décadas han oprimido y pretenden seguir oprimiendo. En este sentido, el predominio del consumo, (desde todo punto: sexo, drogas, alcohol), la creación de necesidades (que NO son necesarias), de antivalores como la competencia, la envidia, la violencia, son los mensajes que potencian estos medios.

Ante tal situación, sí, ineludiblemente sí tienen responsabilidad de la violencia en Venezuela. Por su puesto que el Estado también tiene su cuota de responsabilidad, pues ha debido presentar propuestas, no de ahora, sino de siempre para proteger y orientar al pueblo frente a este tipo problemas. Pero recordemos que en la IV República, los intereses del gobierno eran los mismos de estos pequeños grupos de poder.

Sin embargo, en el gobierno bolivariano se han hecho grandes esfuerzos, uno de ellos fue la democratización del espectro radio eléctrico, creando radios y televisoras alternativas y comunitarias. Y la tarea no es fácil, pues fueron 40 años deformando nuestra sociedad, alimentándola con contraculturas, borrándole su identidad, invisibilizando sus luchas, sus necesidades, logros, un daño tan grave que en 15 años no se ha podido revertir, al menos no con valores humanistas y de justicia social, paso a paso, reivindicando incluso a quienes a pesar de ser victimarios son también víctimas de un sistema que, vaya, cuesta reconstruir.

Otro ejemplo, del cual se han burlado con lamentable insensatez ha sido el sistema nacional de orquestas, que ha podido salvar a una generación de jóvenes del ocio y de los vicios. Son esfuerzos que no se verán de manera inmediata, pero si a largo plazo para cultivar al hombre y a la mujer nuevos. Todos hemos sido víctimas de la criminalidad, hemos estado cerca al menos en algún momento, pero también hemos sido victimarios por creer que sólo es responsabilidad del gobierno, cómplices de unos medios de comunicación que cuestionan todo, pero que no suman a esta gran cuenta llamada Venezuela.

Y claro, que frente a situaciones tan lamentables como el caso de Spear y de cientos de venezolanos más, tenemos que poner mayor ímpetu en consolidar estos esfuerzos. Es una tarea que no solo debe asumir el Estado, sino todas y todos desde cada una de nuestras trincheras y espacios.


Y ya para concluir, me voy a dirigir a usted, profesor y profesora de comunicación social. Deje de preguntar si los medios tienen culpa y comience a crear en su aula de clase alguna fórmula para que sus estudiantes no cometan en un futuro el mismo error que usted, no se sume a las restas, haga que su aporte trascienda. 

María Alejandra Aguirre P.

2 comentarios:

  1. Saludos estimada María Aguirre, leyendo con detenimiento la publicación creo que no fuistes muy especifica o tajante, y me extraña eso de ti, claro esa es mi percepción y quizas este equivocado, pero habia formas mas contundentes para responder al estudiante que te preguntó tan evidente respuesta, quizas lo hizo para buscarte conversación porque eres una bella dama, pero no es necesario tener mas de 4 dedos de frente para saber que la televisión tiene la culpa de lo que sucede en el país. No se de que universidad sería el individuo, pero ojala no haya sido de la Misión Sucre, porque realmente me ofendería que alguien de la misma universidad que yo hiciera semejante pregunta. Bueno para respuesta mas certera dejo las canciones de Dame Pá Matala, varias hablan de eso, y tambien una de Vico C que se llama "Me desahogo". Con eso cualquier duda se despeja.

    Saludos muy cordiales, se te admira mucho:

    Atentamente: Jonnathan Bracamonte, estudiante de Comunicación Social de la Misión Sucre en el estado Lara 8vo semestre.

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  2. Estimada Sra. Aguirre, estamos de acuerdo que los medios ejercen total influiencia en las sociedad actuales y más aún bajo el sometimiento indiscriminado del uso de las redes sociales que repercuten directamente sobre las nuevas generaciones que actúan como zombies ante el poder de convencimiento de las mismas. Sin embargo, Alvin Toffler en su Libro Lenguaje Subliminal, habla muy claro en cómo esos medios contribuyen a cambiar patrones basados en cambio de hábitos familiares, de consumo, de transculturización.
    Bien podemos ver cómo esos mismos medios de masa (mass media) han puesto a "líderes" a nivel mundial (p.e. Reagan, Schwartzeneger en Norteamérica como modelos de actuación y ahora el Boxeador Ukraniano, que se engulle como el mártir de una cruenta lucha entre ciudadanos), para hacerlos ver como los Dioses del Limbo.
    Más que hacernos la pregunta del jóven estudiante, es nuestro deber concienciar, masivamente, el concepto de convencer legalmente a la ciudadanía de la co-responsabilidad y la implicación social de los medios de comunicación cuando se producen hechos violentos alzando la bandera de la paz (camuflada) so pretexto de achacar la responsabilidad al gobierno (de turno). Tarea ardua pero no imposible.

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